MALTA
¡Hola! Soy
Manuel Galarza, he sido profesor del IES “Universidad Laboral” durante catorce
años. Este pasado verano pude disfrutar, tanto a nivel cultural como
profesional, participando en un curso de Erasmus+ en Malta. Junto a éste, otros nueve cursos de Erasmus
nuevos se están llevando a cabo durante el presente curso, por parte de otros
compañeros de este Centro Educativo. Esto se debe, una vez más, a la dedicación
de un grupo de docentes de este instituto, interesados en un nuevo proyecto
sobre el aprendizaje en nuevas tecnologías y habilidades en comunicación, llamado
“Las TICs y Soft skills como impulso del aprendizaje colaborativo en un
contexto europeo”. Este proyecto nació debido a la necesidad de mejorar el
trabajo colaborativo entre alumnado y profesorado en un centro educativo muy
grande, así como a la necesidad también de mejorar el aprendizaje integrado de
contenidos y lenguas extranjeras (CLIL).
En cuanto a
mi curso, aunque otros profesores de la “Universidad Laboral” han realizado
otros cursos de Erasmus en Malta y me habían advertido que era un lugar muy
turístico, me asusté al coincidir en el vuelo de ida con dos grupos (en aquel
momento aún medio tranquilos) de despedidas de soltero.
A partir de
ahí, todo fueron experiencias muy gratas. Por una parte, durante mi curso “Clil: Innovative an
effective methods and tools” conocí herramientas, aplicaciones e instrumentos
nuevos como “educreations”, “StoryJumper”y “StoryboardThat”. También profundicé
en otros que ya conocía de cursos anteriores, como “edmodo”, “padlet” o “edpuzzle”,
todos muy útiles para nuestras clases. Además para el organizador era
importante que en clase intercambiásemos información sobre nuestros centros
escolares y sus peculiaridades, socializásemos e hiciésemos también alguna
práctica de educación no formal, en equipo y al aire libre, para que pudiésemos
transmitir también este tipo de actividades a nuestro alumnado.
Por otra
parte, fue también fructífera la necesaria práctica del inglés, en clase y en
la calle (allí lengua oficial) porque hablan con un acento mediterráneo no especialmente
difícil.
En mi tiempo
libre y en alguna excursión organizada por el propio curso, conocí un poco este
archipiélago en el que nunca había estado. Realmente me sorprendió que siendo
un país tan pequeño, 400.000 habitantes, cuente con tanta riqueza cultural. Por
una parte, un patrimonio ancestral único en el mundo, por sus numerosos Templos
Megalíticos y dos museos arqueológicos interesantísimos. Por otra, por los interesantes
vestigios que han dejado en estas islas los fenicios, cartagineses, romanos,
bizantinos, normandos, Caballeros hospitalarios de la Orden de San Juan (con
sus inacabables fortificaciones y fuertes), así como franceses y británicos. Es
curioso también que allí se hayan rodado películas como “Gladiator” y tengan
estudios de cine propios. También me llamaron la atención la belleza de las “dghajsa”
(embarcaciones con aspecto de góndolas) y las coloridas barcas de pescadores. Visitar
Malta en verano supone además un plus importante, al encontrarte a cada paso
con sus fiestas tan mediterráneas. Las calles adornadas de festones y banderas;
las fachadas de las iglesias iluminadas con bombillas de colores y su casi
continuo tañer de campanas; procesiones en las que hacen bailar a sus Santos
patrones; bandas de música; tracas y castillos de fuegos artificiales…
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